ISLAS GILI- AIR

Compramos nuestro billete para Gili Air desde nuestro hotel y a las 9 y media estábamos en el puerto esperando nuestro barco. La verdad es que el barco era super nuevo y con aire acondicionado. 

En unos 15 minutos llegamos a Gili Air y fuimos en busca de nuestro hotel. 

Ya habíamos leído comentarios y la verdad es que yo (Alicia) no tenía demasiadas esperanzas de que me gustase, pero bueno, es lo que tiene ir sin hotel de aquí, y que no haya mucha variedad donde escoger. 

Al final, dentro de lo que cabe no estuvo tan mal, aunque la primera impresión fue de decepción total…  ¡Por primera vez en un mes no habíamos acertado con el hotel!  El hotel era el Mustika Ocean Lodge y su precio fue de 71€ dos noches con desayuno incluido.  Mientras nosotros estuvimos estaban construyendo la recepción, ahora viendo las fotos de www.booking.com  lo vemos bastante distinto. 

Después de instalarnos y ponernos el bañador, nos fuimos derechos  a alquilar una bici para los próximos 3 dias y directitos a la playa en busca de tortugas.  

Nuestro primer intento de encontrar tortugas fue un fracaso.  La isla está llena de mapas donde pone turtle point, desde la playa ya se ven los barcos con tours, dejando a turistas  en el agua para ver si entre 30-40 ven tortugas. Obviamente, no creo que vean demasiadas con esa marabunta de gente.  

Nuestros planes eran una vez se iban, meternos con nuestros equipos de snorkel a ver si las veíamos, pero nada.  

Nos pasamos los días tumbados, bebiendo watermelons juices que nos sabían a gloria, tomando el sol y haciendo snorkel. 

Gili Air, en comparación con Trawangan, es muuuy tranquila, no hay demasiadas cosas que hacer a parte de playa, playa y más playa.  Por cierto, llevaros escarpines, son IMPRESCINDIBLES.  No os podéis imaginar el daño que hace el coral.

El ultimo día fuimos por la mañana temprano al puerto a reservar sitio para el dia siguiente,  despues de ahí nos fuímos a la playa y más de lo mismo, snorkel, zumito, comer…. y por la tarde, mientras estábamos tumbados tomando el sol, Javi me dijo que se iba al agua, que él no se podía ir de las islas Gili sin haber nadado con una tortuga.

Yo me quedé tumbada con mi zumo de sandía, hasta que mirando al agua veo a Javi que me llama con mucha insistencia. ¿Estaba nadando con una tortuga? 

Me faltó tiempo para ponerme las gafas, el tubo y los zapatos de agua e irme corriendo mar adentro. Cuando por fin llegué, ví muy al fondo una tortuga enorme, pero era tan profundo y oscuro que apenas se distinguía de todo lo demás. Me quedé un poco decepcionada, la corriente me arrastraba fuerte y no conseguía verla demasiado bien. 

Hasta que de golpe, Javi me hace señas y miro a su lado…. ¡MADRE MÍA! tenía una tortuga gigante nadando a su lado, preciosa, enorme y super tranquila. Nadaba, salía a coger aire, nadaba un poco más…  y nosotros detrás de ella a una distancia prudente para no molestarla. 

¡Qué sensación! estábamos nadando con una tortuga enorme, nosotros dos solos, un buen rato… 

Pero ella iba muy rápido, nosotros no llevábamos patos y la corriente era fuerte, así que no la pudimos seguir todo lo que nos hubiera gustado. Tuvimos tiempo de grabar con nuestra gopro, pero no de hacer demasiadas fotos, por eso no hay ninguna colgada. 

Ya podíamos irnos de las Gili tranquilos, el objetivo número 1 de Javi estaba cumplido. La verdad es que no nos planteamos ir a Gili Meno, Air ya nos pareció poco desarrollada, un cajero en toda a isla y wifi nulo, así que de aquí nos fuimos directos 5 días para Seminyak, al sur de Bali y una de las partes más turísticas de la isla. Nos acabó de enamorar. Pero eso lo contaremos en el próximo post.